Aireando las ideas. [Libre]

Escuché lo que dijo y asentí con la vabeza. Definitivamente nuestros padres no podrían haberse conocido, era completamenet diferentes.

Escuché su pregunta y baje automaticamente la cabeza. No avergonzada, sino más bien cansada. Cansada de hacerme yo misma esa pregunta todos los días. Hacia ya bastante tiempo que estaba en Atenas y tanto mi padre como mi abuela me habian insistido en que hiciera algo con mi vida, en que estudiase... Pero desde que estaba en Atenas había perdido el ánimo para todo, entre ello ponerme a decidir una carrera para estudiar - Se supone que este iba a ser mi primer año en la universidad - levanté la vista - en los EEUU tenia una plaza para licenciarme en periodismo... - dije recordando aquella amarga verdad - ...pero ya ves, las cosas cambiaron y ahora estoy aquí - intenté finjir una sonrisa, pero seguro que la notó - De todas formas, pretendo hacer algo con mi vida aquí... aunque no se el qué - concluí con una pequeña risa mientras miraba a mi vaso. - ¿Tú te dedicas a algo más que a viajar por el mundo? - pregunté sonriendo sin apartar la vista de mi vaso.

Escuché su consejo mientras asentia levemente con la cabeza. Tenía razón, el qué estudiar era una elcción que condicionaria en parte mi vida... así que no podía tomarmela a la ligera.

Mientras esperaba a que Isis contestaba, di un sorbo a mi Nestea. No pude evitar atrangatarme con la bebida cuando ella terminó de recitar su amplio curriculum. Dejé el vaso mientras intentaba recuperarme, me limpié la boca con una servilleta y la mire. La miré entre asombrada e incredula - ¿Enserio? - fue lo único que pudo salir de boca. Me sentí tan estúpida con aquella pregunta que intenté remediarlo - Es alucinante... - Solté sin pensarmelo dos veces. Me parecia imposible por un lado, ya que ella no aparentaba tener muchos años, así que sería imposible que se hubiera sacado DOS carreras, pero por otra parte me parecia increible que una persona tan joven pudiera haber hecho tanto. Sin saber que decir, me quedé mirandola sin ser capaz de asimilarlo.

Estuve atenta mientras ella hablaba. Sin dejar de prestar atención y asintiendo a cada rato. Cuando ella terminó de hablar la miré y sonreí. Tomé un sorbo de mi Nestea, dandome cuenta que con ese último trago mi bebida había acabado. Maldije internamente. Deje de pensar en ese tema tonto y me dirigí a Isis.

-Me parece alucinante... todo - se me escapó una pequeña risilla - Es aluciante poder haber hecho dos carreras y encima tener ganas de más - sonreí demostrandole lo bien que me parecia eso - Además... pareces joven, así que tiene mucho más merito - miré mi vaso y empecé a juguetear con el, sin mirar a la cara a Isis - me parece algo enviadiable - concluí mientras seguía entretenida en mi juego con el vaso.

Mi sornisa se borró automaticamente en cuanto vi como la mirada de Isis se humedecia. ¿En qué había metido la pata? ¿Acaso había demasiado impertinente? Su expresión de impotencia hizo que me mis animos se hundieran por los suelos... me sentia culpable por haber provocado esa situación y quería hacer algo por arregalro, pero no sabia el qué. Nunca había sido buena a la hora de relacionarme con "los demás", así que no tenía experiencia a la hora de animar a la gente... y mucho menos para solucionar un problema que parecia haber ocasionado yo, aunque aún no sabia lo que había hecho.

-No es una maldición - dije mientras miraba atentamente a Isis - al contrario, es una bendición. Yo daria gracias si tuviera los dones que tú tienes - dije soltando una pequeña risita enrviosa. Si ella supiera... me dije a mi misma - No tienes que estar mal, a mi me parece algo fantástico - concluí con una tímida sonrisa.

Miré atenta a Isis. Empapandome con cada una de las palabras que soltaba. La comprendia, la comprendia perfectamente. Sabía bien , lo que eres sentirse diferente... y ser diferente al resto. Cuando era más pequeña y mis poderes habían empezado a desarrolarse me había sentido como si estuviera enferma, como si tuviera un problema... comprendía perfectamente a Isis. Aunque, eran situaciones completamente distintas ¿no?

-Aunque no lo creas, te entiendo - contesté mientras volvia a jugar con mi vaso, evitando todo contacto visual directo con ella - Te seintes como si tuvieras ventajas sobre los demás, y a veces piensas en que ese don es más bien una maldición que un... - me callé instantaneamente al ver que mis pensamientos estaban siendo expresados por mi boca. Ojalá no me hubiera estado prestando atención - ...supongo, claro -terminé con una risilla nerviosa.

En cuanto Isis abrió sorprendida la boca no pude evitar maldecirme a mi misma. Ahora empezarian las preguntas y...

De repente Isis soltó un pequeño gemido , el cual podía confundirse con un pequeño grito de dolor. Me olvidé de todo lo que estaba pensando anteriormente y la miré atenta. ¿Qué pasaba? Isis tenía las manos tapandose los oidos, como si algo le estuviera molestando horriblemente, pero era extraño... nada de por allí tenía un sonido alto. Eché un pequeño vistazo, por la ventana de la cafeteria podía verse un pequeño revuelo. Desde la posición en la que estaba no podía ver absolutamente nada, así que hice algo de lo que sabia que me iba a arrepentir en breve.

Cerré los ojos, me concentré en el último recuerdo que tenía de la calle y cuando fui a abrirlos está aparecio ante mis ojos amplificada. No pude evitar contener un pequeño saltito de susto. Todo era borroso, así que enfonqué la vista y ante mis "vista agudizada" apareció el escenario de un pequeño accidente de tráfico.

Sin saber que hacer, me levanté de la mesa y tendí la mano hacia Isis - vamonos de aquí - dije mientras intentaba recuperar mi visión normal.

Seguí a Isis, ayudandola a mantenerse en pie, hasta que llegamos a un banco bastante alejado del tumulto de gente que se había concentrado cerca del accidente. La miré, parecia encontrarse extremadamente mal, como si algo estuviera perforando su cabeza... Me senté al lado suya, sin dejar de prestar atención en cada uno de sus movimientos y sus pequeños quejidos. Alargué una mano para ponerla sobre su espalda, pero no terminé de realizar el movimiento, ya que sentía que seria un gesto demasiado íntimo con alguien que era un completo desconocido. Quizás pudiera sentarle mal...

Me retorcí las manos nerviosa. No sabía que hacer ni que decir. Me sentía tonta, estúpida, inutil... pero también me sentía igual que Isis. Me sentía como si algo me estuviera perforando la cabeza.

Desde que, minutos antes, habíamos estado hablando de "eso", había sentido como una especie de vinculo con ella. Algo absurdo e imposible, pero lo había sentido... Y al ver como ella parecía destrozarse internamente de dolor, esa especie de vinculo había hecho que compartiera una mínima parte de su dolor. Así que me giré, la miré e hice algo de lo estaba completamente segura que me iba a arrepentir... algo que me hubiera gustado recibir si yo hubiera estado en su situación.

Sin mediar palabra, le di un abrazo.

Sentí un nudo en la garganta cuando Isis me respondió al abrazo. En cuanto me había lanzado a darselo había pensado que lo rechazaria, que se levantaria poniendo el grito en el cielo... Pero aquella chica parecia todo un misterio... un misterio muy interesante.

Al escuchar la palabras de agradecimiento de Isis, noté como mis ojos empezaban a humedecerse. Evité a toda costa que mis lágrimas epezaran a deslizarse, pero a estas alturas... ya poco podía parecer raro. - No me des las gracias. Ha sido un impulso, no sabía que decir y.. - dije en apenas un susurro. Miré timidamente al suelo, buscando las palabras adecuadas para no estropear la situación - Me alegro que estés mucho mejor - levanté levemente la cara y sonreí tímida.

Nunca había sido una persona cariñosa, ni mucho menos atenta con los desconocidos. Al contrario, tendía a ser borde y fria con los desconocidos. Pero Isis me hacia sentirme... comoda. En el poco tiempo que había estado a su lado, me había sentido como cuando era una niña... cuando no sabía nada sobre mi verdadera naturaleza, cuando me sentía igual al resto que me rodeaba..

En mi rostro se dibujó una enorme sonrisa, una sonrisa agradecida y feliz. Sin saber como ni por qué, aquella chica había hecho mucho en mí en aquella tarde. Con una mano me limpié las pequeñas lágrimas que tenía retenidas en mis ojos y que no habían tenido tiempo a salir. - Perdona esta tonta situación - reí timidamente - no suelo ser tan sentimental - terminé de decir con una sonrisa que no llegó a mis ojos.

Escuché su frase, sonreí mirando al suelo y la miré - No te preocupes, no tienes que explicar nada. - cuando había dicho que no encontraba ninguna respuesta lógica para explicarlo, algo en mi se había encendido, como una pequeña luz, como una pequeña llama de esperanza...

Seguí su mirada y me encontré con el cielo, un cielo lleno de estrellas y completamente oscura - Vaya, se ha hecho tarde... - dije en apenas un susurro sin apartar la vista del cielo.

Reí cuando Isis empezó a habalr como si fuera una madre. Aunque nunca había tenido ninguna, si había tenido una abuela que en más de una ocasión había actuado como madre... En ese momento pensé en mi abuelita. Seguramente estaba preocupada, ya que desde que había discutido esta mañana con mi padre no había vuelto a pisar mi casa. Quizás Isis tuviera razón y tuviera que irme a mi casa ya, pero me lo estaba pasando realmente bien desde que había llegado a Atenas y no quería que terminarse tan pronto. Porque, seguramente tras esta tarde, sería muy dificil que volvieramos a coincidir...

-Es cierto... - contesté bajito mientras desviaba la vista del cielo. Ya era tarde, aunque seguía fuertemente enfadada con mi padre no podía dejar que mi abuela siguiera con la preocupación de que no hubiera llegado todavía. Aún así no quería dejar a Isis, no todavía. - ¿Tienes algún plan para cenar esta noche? - la miré y pregunté sonriendo. Sabía que era una invitación muy arriesgada, pero yo no nunca había sido una persona de impulsos... así que alguno que otro suelto no sería muy malo.

Fruncí el ceño confundida. Después de que ell me hubiera explicado anteriormenete como era "su modo de vida", yo seguia sin poder entender muy bien como una persona podía viri así. Seguro que era muy interesante, pero yo no podría ser capaz de no tener nada fijo... odiaba los cambios, los odiaba mucho. Así que imaginarme en su situción me era imposible. Siempre había visto mi vida completamente ligada a mi padre y a mi abuela, y aunque sabía que en un futuro cada vez más cercano tendría que independizarme de ellos no podía evitar sentir un nudo en la garganta al pensar que no volvería a ver el pequeño y feliz rostro de mi abuela por las mañanas...

Evité seguir pensando en eso, en estos momentos solo serviria para entristecerme y por aquella tarde ya había habido demasiado drama por mi parte.

-¡Entonces razón de más para que tomes hoy una buena cena! - la miré y sonreí. Me sentia feliz de que, sin apenas conocerla de nada, pudiera aportarle algo tan básico y a la vez tan especial como una cena normal y corriente.

Sonreí. Aunque Isis había negado mi invitación no podia enfadarme ni molestarme con ella, era más que evidente que sería una situación extraña. -No te preocupes - le dije manteniendo mi sonrisa - ha sido un poco improdunte la invitación - reí un poco nerviosa.

Me levanté del banco en el que estabamos sentadas, me coloqué bien el pañuelo que llevaba en el cuello y me acurruqué en mi fina chaqueta. Se notaba que las temperaturas habían bajado cosiderablemente.

-Bueno, será mejor que me vaya - miré al cielo. Seguía tan oscuro y lleno de estrellas como antes - Es un placer haberte conocido Isis - dije sin saber que más decir. Me había despedido mil veces de personas, pero cuando te despides de una persona que seguramente no volverás a ver ¿como lo haces?