Paseando un poco [Hele]

No sabía como solucionar las cosas, desde hacía algún tiempo mi vida estaba sumida en un maremoto del que era imposible salir, que aunque lo intentase no podía, y eso hacía que estuviese casi siempre un poco irascible. Justo esa mañana me había peleado con mi padre, ya que desde que me esteré de lo que era no me llevaba muy bien con él, ya que yo confiaba en mi padre para todo, y yo creía que él no tenía ningún secreto conmigo, pero por lo visto me confundía, en eso y en muchas más cosas.
Mi vida no era lo que siempre había soñado, porque yo de pequeña jugaba a las Barbies, imaginando que me casaría con un chico que fuese muy bueno y que me quisiese para toda la vida, y lo más importante, mi mayor preocupación sería ir siempre a la moda y comprar ropa todos los días. Pero ahora las cosas eran mucho más difíciles, en vez de que comprar fuese importante, lo que ahora era crucial era descubrir todo lo que necesitaba saber sobre mi situación.
No había hablado con muchas personas a las que les sucediese lo mismo que a mi, más bien con casi ninguna, ya que no sabía como sacar el tema "Perdona ¿Eres un semidiós?" Pues bueno eso a mi no me convencía, porque seguro que la gente me tomaría por loca, pero antes o después tenía que encontrar a alguien, porque necesitaba hablar de esto, estaba hecha un lío, y nada podía destapar esa tapadera, era como una mancha que tapaba toda respuesta que tuviese que ver con el tema.
Intenté relajarme, inspirando y aspirando, sintiendo el aire entrando en mis pulmones, escuchando cada ruido que se escuchase a mi alrededor, cerré los ojos intentando sumirme más en el ambiente en el que estaba, pero cerrar los ojos no me hizo que me relajase, ya que sentí un fuerte golpe, al sentir que me había chocado con algo o con alguien.

Al chocarme me llevé la mono directamente a la cabeza, ya que ese era el sitio donde había recibido el golpe, seguramente se le formase un morado, y tendría que ponerse crema para evitar el hinchazón. Al abrir los ojos se percató de que con quien había chocado era una chica, y esta se disculpó diciendo que iba distraída, pero la verdad es que también había sido culpa mía, así que me sentí obligada a contradecirle.
-No, no ha sido culpa tuya, era yo que iba con la mente en otra parte- Me fijé más en la chica, la verdad es que rea guapa, a lo mejor hasta era una modelo de Grecia o algo por el estilo, pero no recordaba haberle visto antes en ninguna parte, ni siquiera en una catalogo de ropa.
Se miró la camiseta sintiendo algo húmedo en esta, al bajar la vista se percató de que llevaba una mancha de algo liquido, y al levantar la vista se dio cuenta de que la mancha de su camiseta procedía de un zumo que había en la mano de la chica con la cual acababa de chocarse. No pudo evitar que saliese un resoplido de su boca, aunque después se sintiese mal por eso, ya que a lo mejor a la desconocida que tenía delante, lo pudiese malinterpretar como algo contra ella, y no era para nada en ese sentido.

La chica rubia que tenía delante de mi, la chica con la que había chocado me estaba diciendo de ir a comprar otra camiseta, cosa que me pareció innecesaria, ya que llevaba una chaquetea, la cual me la puse y ya no se notaba que iba mojada, después cuando llegase a casa me la cambiaría, pero mientras tanto daba igual, ya que no me apetecía mucho ir de compras en ese momento.
Me moría de ganas de preguntarle a la chica que si ella creía en dioses, que si se podía imaginar que toda la mitología griega fuese verdadera, y que por supuesto si se podía imaginar que yo pertenecía a ese mundo, pero la idea de hablar sobre el tema se desvaneció de mi mente en unos momentos, ya que creía que me tomaría por loca, y que esto no ayudaría en nada a que conociese a nuevas personas, a lo mejor ella era veterana y había vivido en Grecia toda su vida, y si fuese ese el caso a lo mejor me podía explicar un poco como iban las cosas.
-Lo siento no me he presentado, me llamo Aldora, pero prefiero que me llamen Dora- Dije con una gran sonrisa -Y tranquila, no te preocupes por la camiseta, ya me la cambiaré en mi casa- Comenté más animada, haciendo un gesto con la mano para que se diese cuenta de que me daba igual, y a su vez pensando que a lo mejor ella era una de las primeras personas que conocía en este nuevo y extraño lugar para mí. Hasta a lo mejor ella sabía más cosas que yo sobre la mitología y los dioses y podría ayudarme a resolver algunas preguntas que pasaban por mi mente continuamente quitándome el sueño

Le correspondí con una gran sonrisa, la chica parecía simpática, y no me importaría pasar más tiempo con ella.
-Bueno pues encantada de conocerte Hele, la verdad es que no conozco casi nada de Grecia, porque no hace mucho que me mudé aquí-Respondí a su pregunta intentando no meterme en detalles, ya que no le podía decir que era un semidiós, porque estaba segura de que pensaría que se me estaba yendo la cabeza.
-¿Y tú?- Le pregunté -¿Te conoces mucho el sitio?- Tenía curiosidad por saber si ella había vivido toda su vida en Grecia o le había pasado lo mismo que a mi, que por vivir engañada toda su vida nadie le había dicho la verdad de su vida, y que en ese momento estaba viviendo una temporada horrible, la cual esperaba que pasase rápido.
Bueno, intenté despejarme la cabeza de todas esas cosas, tenía que aprender a no hacer que todas las vidas de las personas que me rodeaban pareciesen que eran iguales que la mía.
Le sonreí ya habiendo sacado toda tema que me molestase de la cabeza, esperando que le apeteciese pasar la tarde conmigo.
-¿Te apetece quedarte a pasar la tarde conmigo?- Le dije un poco tímida -Es que aún no tengo muchos amigos y eso- Terminé la frase mordiéndome el labio inferior.

Pensé que la verdad sía que quería conocer muchas cosas de Grecia, más que muchas, pero eso lo dejaría para más tarde, no iba a empezar a preguntarle cosas de la historia de Grecia como si fuese una turista ansiosa por saber, y ya que me iba a quedar aquí todo el tiempo del mundo, no me corría prisa empezar a preguntarle ahora, pero bueno, alguna pregunta le haría.
-Siento ser entrometida, pero me mata la curiosidad, ¿Tienes novio?- No sabía si le iba a sentar mal mi pregunta, había sido muy directa, pero bueno, ya estaba formulada, así que cruzaría los dedos para que no le molestase y que siguiese el buen royo que había entre nosotras.
Empecé a pensar en nuestro encuentro, la verdad es que nos serviría para hacer una película o un libro con él, ya que es el típico de que dos personas se conocen por equivocación, y que a partir de ese momento se hacen muy buenas amigas, lo último aún no había pasado entre nosotras, pero esperaba que pasase, ya que sentía que Hele se parecía más a mi de lo que aparentaba, y para nada me estaba refiriendo al tema físico, simplemente algo me decía que podía confiar en ella, y esperaba que ese algo no se equivocase.

Me reí cuando pasó lo de los obreros, alguna vez me había pasado que me dijesen algo pero lo que había pasado ene ese momento era diferente, habían mirado a Helena con cara de desearla, no simplemente de querer divertirse diciendo unas cuantas tonterías.
-No, no tengo- Me quedé algo pensativa - lo mejor hubiera podido tenerlo en Italia, que de allí vengo, pero aquí no tengo nada- Dije terminando la frase con una gran sonrisa que mostraba a Helena que no lo necesitaba, ya que lo que más me importaba en ese momento era hacer nuevas amigos en Gracia, mejor dicho, gente que no se separase de mi en estos momentos de debilidad, y si me podía poner a pedir cosas mi deseo sería que fuesen lo mismo que yo, que fuesen medio dioses, estaba segura de que alguien en toda Grecia tenía que serlo, ya que no era posible que me hubiese pasado a mi sola.
-¿Qué piensas de la mitología griega?- Pregunté algo tímida -Quiero decir de los dioses y todas esas cosas- Le miré con ojos expectantes, intentando que no se diese cuenta, pero la curiosidad me mataba.

Me alegró que le gustase el tema, porque al ponerse a hablar se emocionó, y se ve que hasta ella misma se percató de eso, porque se disculpó, cosa que no lo veía necesario, pero bueno, le hice un movimiento de cabeza como si no importase. ¿Qué si quería saber algo más? Pues la verdad era que sí, me moría de ganas de saber más cosas, a lo mejor si me preguntaba con cuidado no se enteraba de mis intenciones.
-Bueno...- Dudé un momento -¿Qué opinas sobre los hijos de los dioses con los humanos?- No sabía si me había explicado bien, así que me vi obligada a decirlo de otra manera, ya que no quería que lo malinterpretase -Quiero decir, ¿crees que esas historias pueden ser ciertas?- No me atrevía a mirarle directamente a los ojos, ya que me sentía como si le estuviese contando una mentira o simplemente le estaba haciendo una pregunta trampa, nunca me había gustado hacerle daño a las personas, y mucho menos jugar con ellas, pero se ve que con esa nueva vida tenía que aprender a hacerlo. Y para hacer que no dudase de nada de mi comportamiento levanté de nuevo la cabeza y esperé paciente mirando a nuestros alrededores.

Me quedé escuchando sus palabras, mientras que a su vez colocaba un mechón de pelo detrás de mi oreja, el cual se había salido de su lugar por el viento que soplaba, aunque no era que fuese muy fuerte, era lo bastante para despeinarme.
-¿Por qué ahora crees más que antes?- Le pregunté con curiosidad, imaginando donde podía ir a parar su respuesta, en mi cabeza pasaron todo tipo de respuestas, pero la que más me gustaba era en la parte en la cual Hele me decía que ella era la hija de una diosa, y por eso desde hacía poco había empezado a interesarle, pero estaba casi segura de que eso no me lo diría por mucho que yo quisiese, porque no a todo el mundo le pasaban las mismas cosas que a mi.
Esperando su respuesta observaba a las personas que pasaban por mi alrededor, yo diría que todas eran de origen griego, y todas eran diferentes las unas de las otras, altas, bajas, con cara de tener problemas, o simplemente de ser el día más feliz de su vida.